ANA RODRÍGUEZ FISHER
Primer libro del nuevo año lector -que empieza, cómo no, el 24 de abril- y primer acierto en la elección.
Es un libro inesperado, que además ha ganado y claramente de forma merecida, el Premio Café Gijón de este año.
Y lo hace contando una historia maravillosa que nos recupera a dos de las grandes poetisas rusas del fin del Imperio y el siglo XX con destinos muy diversos.
Con el formato de una carta de Anna Ajmatova quien sobrevivió revoluciones, guerras y dictaduras varias (y muy especialmente el periodo Estalinista) para convertirse en la poeta más relevante de la Rusia-URSS del siglo XX dirigida a su compañera de penalidades y apenas amiga Marina Tsvietáieva al enterarse de su suicidio por no soportar los primeros momentos de la Segunda Guerra Mundial y la dictadura de Stalin.
Cómo contar la historia de ese periodo desde el final del Imperio y la eclosión de los “ismos” en la preguerra y los años 20 hasta la consolidación de la revolución comunista como un ejercicio de escritura epistolar, todo ello con la sensibilidad y el estilo que se espera de una poetisa.
Bonito, sensible y triste como no podía ser de otra manera. Merecido premio
El blog de Juanma Cruz 